ENTRE MIGAS Y CERTEZAS
Por Ernesto Domenech1 y María Emilia Tassano2
En los cuentos infantiles tradicionales (por ejemplo en Pulgarcito o en Hansel y Gretel) las migas de pan fueron un recurso de niños abandonados a su suerte por la miseria y la hambruna de sus padres. Marcaban un camino, como las pequeñas piedras, en su incansable faena de procurarse comida. Un camino de retorno a la morada paterna, a un tiempo próspero o pobre pero feliz. Un recurso ingenioso de parte de los niños pero también un camino precario sujeto a la voracidad de aves que, picoteando migas, desorientaban el regreso, hacían incierto el camino.
Lejos de estos cuentos tradicionales, los rumbos normativos trazados con certezas por los adultos para la felicidad o sanción de los niños, se han vuelto inciertos, boscosos. Poco predecibles. Acaso líquidos. Parecen senderos trazados con migas de pan que obligan a reflexionar sobre los sentidos que otorgamos a la familia, al trabajo, a la fortuna y a la infancia, entre otros.
¿Cómo desandar estas aventuras o comprenderlas? ¿Serán caminos que sólo se hacen al andar sin posibilidad alguna de retorno a una morada sólida? ¿Serán sólo fascinantes ilusiones? ¿Serán pura palabra, mero relato o puro cuento?
Si las leyes de infancia fueran pensadas como caminos, como senderos seguros con rumbo feliz, es hora de volver a pensarlas como migas de pan. Como una suerte de aliento perecedero que se vuelve volátil si no se lo recorre. La diferencia es que no hay Ogros a quien temer, ni aves a quien culpar. Y si los cambios o atajos no funcionan estamos nosotros con las dificultades a cuestas y nuestros niños a babucha.
Muchas veces la enunciación de los derechos nos ha deslumbrado como un espejismo que se desvanece al caminar.
Pero no podemos excusarnos. Las leyes ya están. Los niños esperan. Y de nosotros depende el recorrido.
En esta creencia este número de Niños, menores e infancias incluye los trabajos sobre los lxs niñxs que conviven con sus madres en lugares de privación de libertad; lxs jóvenes y los procesos contravencionales por problemas de tránsito; sobre algunos problemas de la adopción en la Argentina; el rol de la escuela en situaciones de maltrato; un estudio sobre la normativa en la provincia de Mendoza y un análisis de la atención a la primera infancia en las políticas públicas de Colombia. También se publican reflexiones sobre humillaciones y transgresiones en nuestra cultura, y sobre el amparo como recurso de protección jurisdiccional.
Asimismo, se presentan las experiencias artísticas desarrolladas al interior del Hospital de Niños Sor María Ludovica y desde una facultad en articulación con distintas organizaciones barriales para generar mediadores de promoción de derechos. Y para agudizar nuestra escucha y nuestra lectura contamos con distintas expresiones infantiles en Arte, solidaridad y palabra del niño y en Galería de imágenes.
Por último, en este número inauguramos la sección de reseñas para compartir pareceres sobre distintas publicaciones. Arrancamos con comentarios sobre una obra de literatura infantil y otro sobre un libro que analiza las normas referidas al bullying y su aplicación en ámbitos escolares.
Son propuestas, recorridas, posibilidades. Intentos. Aventuras, claro. Desventuras también. Contarlas es poder pensarlas, como Pulgarcito o como Gulliver. Nada más. Y nada menos.
- Abogado. Director del Instituto de Derechos del Niño, Director del Instituto de Derecho Penal, Prof. Titular de Derecho Penal I; Director y docente en la carrera de postgrado “Especialización en Derecho Penal”, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP.
- Lic. en Comunicación Social, FPyCS, UNLP. Maestranda en Derechos Humanos y Becaria del Instituto de Derechos del Niño, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP