Nuestras narrativas
Nuestras narrativas es el espacio nostálgico a veces, pero liberador la mayoría de ellas. Hemos reconocido que se trata de escuchar también a las personas adultas que trabajan con chicos y chicas todos los días; que se atragantan de injusticias, y con la lapicera o el teclado como mejor anti- ácido intentan ponerle palabras a esa urdimbre de sensaciones, para verlas, para desentrañarlas. Escribir ayuda a compartir, a despejarnos, recuperar la mirada de niño/ a o joven y seguir abriendo caminos en pos del bien común, ese al que llegamos en colectivo.
DOS HISTORIAS….SEGUNDA PARTE.
Por Mariano Maffia
Hace dos años se realizó una publicación, bajo el título “Dos historias y un mismo camino”, contando cómo un proyecto institucional a cargo de la Secretaria de Niñez y Adolescencia de la Provincia, que llevan adelante los profesores de Educación Física Gastón Tuculet y Ariel Rodríguez, en el marco del programa Vida Dinámica, enseña rugby dentro de los institutos de menores como actividad educativa.
Allí contamos cómo este programa desarrollado en institutos de menores en conflicto con la ley penal (cerrados) con la colaboración del Area social de Club de rugby Los Tilos, confluyó para que se enriqueciera la actividad, logrando que los internos recibieran un plus en su educación gracias a que jugadores del Club Los Tilos se acercaban a las instalaciones, una vez por mes, a participar y compartir con el trabajo de los profes. El rugby, como juego y sus valores implícitos, como complemento educativo, tuvo y tiene hasta ahora una gran capitalización para los internos pues permite, a través del juego, es decir jugando, aprender no sólo sus reglas, sino también canalizar la violencia que sus vidas en conflicto llevan bajo su piel, descargando, dentro de las normas permitidas, toda su vehemencia en cada acción del juego y, aprehendiendo, además, cuestiones relacionadas al folcklore de este deporte.
Las cavernas textuales y los niños
Interrogantes sobre literatura infantil y derechos del niño
Por Ernesto E. Domenech
“Los libros son como magdalenas de Proust, como ciertas melodías. Basta releer una página para saber quienes éramos cuando los leímos por primera vez.” Abelardo Castillo. Desconsideraciones
¿Qué podría decir un abogado a personas reunidas para hablar, y escribir, sobre la literatura infantil? ¿Qué relaciona al derecho en la enorme extensión de su vaguedad, con la literatura infantil? Y en especial a los derechos de los niños (y niñas) con ella. Por lo demás, las preguntas se multiplicaban e indicaban la dimensión enorme de mi ignorancia ¿De qué hablamos cuando empleamos la expresión literatura infantil? Y sobre todo ¿A qué nos referimos cuando la entrecruzamos con los derechos de los niños?
Frente a este caudal de `preguntas recordé una película de Almodóvar “¿qué hecho yo para merecer esto?”
Adelanto que más allá de ciertas obviedades que se encuentran fácil en la Convención de los Derechos del Niño, no poseo sino algunas conjeturas 1, y muchos interrogantes de cuya utilidad tampoco me fío demasiado. Comenzaré con algunos recuerdos.Meneando libros que de niño no leí, recordé dos que, como adulto me impactaron y que eran, no obstante, en la consideración general, libros para niños.