Reseñas
Aquí podrán encontrar reseñas de libros, revistas o publicaciones en cualquier soporte, que por alguna razón nos llamó la atención o nos gustaría compartir con ustedes. Diálogos fragmentarios. Serán sobre piezas entrañables como las que se atesoran de antaño o sobre títulos humeantes recién salidos de los hornos editoriales. Podrán ser de publicaciones que traen herramientas conceptuales para usar y trabajar, o de otras que despierten ganas de jugar, buscar y repartir. Lecturas, sensaciones, palabras sueltas o atadas. Bienvenidas sean.
“39 RETRATOS”
Por Gabriela Pesclevi1
Libro “39 RETRATOS”
Experiencia con jóvenes en los talleres de La Grieta.
Entrevistas y textos: Gabriela Pesclevi.
Fotografías especiales para este libro: Pilar Falco.
Tapa= Animal Impreso.
Prólogo: Carlos Ríos - Debora Elescano
Epílogo: Fabiana Di Luca.
Talleres “La Vaca de muchos colores”, “Animal Impreso” y “Los amantes de la serpentina”
“39 retratos” parte de algunas motivaciones; reivindica cada una de la historias de lxs chicxs entre 13 y 20 años que asisten a los talleres de La Grieta: valoriza sus ideas, y a la vez invita a mirarse y a mirarnos. Sentirse cerca. Intenta descubrir y sistematizar una práctica.
Muchas veces, abocados a la tarea en cada espacio nos perdemos a otrx próximo, que quizá viene trabajando en algo que forma parte de intereses compartidos. O que puede sumar por su diferencia o extrañeza.
La intención es que cada taller se abra hacia el otro taller, pudiendo tener un rostro, un cada quién. En esta ocasión no para dar cuenta de las cosas que se hacen en los talleres, sino de ellxs mismos, con eso que lxs vuelve únicxs y distintxs.
UNA INVITACIÓN PARA VOLVER A MIRAR LOS CUENTOS Y LA ASIGNACIÓN DE ROLES
Por María Emilia Tassano1
Libro: “Mujercitas ¿eran las de antes? (El sexismo en los libros para chicos)”.
Autora: Graciela Cabal
Editorial: Libros del Quirquincho, Coquena Grupo Editor. Colección “Apuntes”.
Lugar y año de publicación: Buenos Aires, 1992.
Este libro implica una lectura preciosa. No sé si le cabe otro adjetivo, seguramente habrá alguna otra palabra pero me gusta “preciosa” por esa sensación de joya, de preciosura, de detalle y de poco hallado. Decía precioso no el libro, sino lo que implica leerlo. El libro como objeto lo conseguí hace poco en una librería de usados. Tiene el color amarillento medio descolorido de los libros viejos. Y su encanto llega hasta ahí.
Pero su lectura, ¡qué preciosura! No sólo sigue vigente en muchos aspectos (a pesar de casi ¡25 años de su primera edición!), sino que me provoca admiración esa manera de dialogar con sus lectores/as, porque parece que nos habla a cada uno/a en el preciso y singular momento que la estamos leyendo. Es que claro, está escrito con una maestría que nos lleva de la mano y sin interrupciones en su planteo. Y ahí se encuentra el lector o lectora sorprendido/a con fragmentos de libros de lectura de los años ´30 ó ´40; perplejo/a con imágenes publicitarias o riendo con recuerdos de escenas escolares que quien más quien menos las tiene similares.